Desde mi niñez siempre he pasado el verano en Galicia, hasta el punto de considerarla casi mi tierra. De hecho, decir niñez es quitar años. Fui allí con 11 meses. En definitiva, han sido muchos veranos de viajes por autovías y carreteras secundarias, rutas perdidas por el monte galego, ciudades, pueblos y rincones conocidos.
Os explicaré muchos de ellos en Saca La Maleta pero empecemos por la provincia de Lugo, la primera que vi cuando visité la tierra de las meigas.
Hoy os presento un pequeño rincón del Concello de Ribadeo: la Illa Pancha.

«Pancha» es el nombre que recibe la isla que alberga los faros, el viejo faro cuadrado y el actual, y es una de las más bonitas y fotografiables de la zona, además de ser la luz más oriental de Galicia, rozando Asturias.
Quizás su principal encanto es que no se puede acceder a ellos por culpa de la verja que separa a las miradas curiosas de delante y que solo permite pasar al farero. Aunque pronto esta verja se abrirá, pues la Illa Pancha albergará un hotel de lujo de dos habitaciones si la normativa lo permite.

Pero expectativas hosteleras aparte, estos faros son una visita obligada pese a que mucha gente pase de largo por lo pequeña que es la isla y porque desde el coche no te da tiempo a saber que existe. Su encanto está también potenciado por su entorno, el cual explicaré en Saca La Maleta más adelante, ya que está lleno de rincones especiales: destacando la Praia das Catedrais, Rinlo, Ribadeo y su casco histórico, etc.
A la Illa Pancha se puede acceder en coche o a través de la ruta de senderismo que proponen desde Ribadeo y rodea la costa escarpada de la zona. En coche se llega desde la salida del pueblo de Rinlo o saliendo de Ribadeo por una carretera que pasa por debajo da Ponte dos Santos y recorre la ría hasta la isla. Pese a lo pintoresco que es Rinlo se tarda más que desde la ruta de Ribadeo, donde se puede observar el parque de O Cargadoiro, el fuerte de San Damián o el Faro de Piedras las Carraias.
Respecto a la fecha en la que es recomendable viajar, tengo mis dudas. Yo lo conocí en agosto, por la ruta de Rinlo, y el tiempo era magnífico: sol, calorcito, el mar en calma… Pero también es recomendable verlo en invierno, con el temible oleaje golpeando los bordes escarpados de la isla.
Os dejo con una foto de los faros y sus flores en primavera, ¿no os dan ganas de apuntar este rincón en vuestro calendario?
