Milán es sinónimo de glamour, vida nocturna e industrialización. Considerada una ciudad moderna, casi siempre ha estado por debajo de su hermana Roma, la antigua e histórica Roma. Casi siempre. Si bien es cierto que Milán no tiene famosas ruinas romanas a cada paso ni posee un aún más famoso Coliseo, también tiene encanto. Y no solo hablo por Il Duomo, la catedral en torno a la cual se configura la ciudad. Milán tiene muchos rincones especiales alejados de las más que conocidas tiendas de ropa.
Y uno de ellos es la Piazza dei Mercanti.

La conocida Plaza de los Mercaderes es de esos lugares que no conoces la primera vez que visitas Milán, bien por falta de tiempo o bien porque crees que verlo no cambiará la sensación que te llevas de la ciudad, pero que es curioso buscarlo en el mapa. O siempre puedes encontrarte de bruces con él, como hice yo cuando fui a Milán hace 6 años.
Y es que esta plaza está muy cerca del emblemático Duomo y las galerías Vittorio Emanuele pero el tiempo no pasa por ella. Se construyó en la Edad Media y fue uno de los mercados más importantes de Italia, donde se reunían mercaderes de todo el país para vender sus productos. La actual vida comercial de Milán empezó aquí.
La arquitectura medieval se ha conservado con pequeñas variaciones en cuanto a tamaño pero el encanto sigue presente. Paseas por calles repletas de gente y edificios modernos y al entrar en esta plaza es como si estuvieses en otra cuidad.
Además, no solo es importante la plaza, sino también los edificios que rodean el pozo de agua del siglo XVI.

Loggia degli Osii: Este fue el edificio que más me llamó la atención, gracias a sus mármoles. Con el exterior de mármol negro y blanco, guarda las estatuas de los patrones de la ciudad y desde sus balcones se proclamaban los edictos y decretos públicos.
Palazzo delle Scuole Palatine: Este es otro edificio que llama la atención por su fachada. Durante el medievo fue la escuela de estudios superiores más importante de Milán y en el interior hay una lista con sus alumnos más ilustres, grandes personajes de la ciudad.

Casa dei Panigarola: El único edificio con arcos góticos de toda la plaza. Construido en el siglo XV, era donde se transcribían los decretos ducales pero de eso solo queda el recuerdo. Ahora hay un restaurante al que se entra tras superar una larga lista de espera.
Palazzo della Ragione: Que el exterior no te confunda, este edificio no está en decadencia, es su estilo arquitectónico lombardo. Antes fue el centro administrativo de Milán y ahora hay exposiciones culturales: temporales, sobre la ciudad… Que no son gratis. La entrada en 2015 era de 9€.

Palazzo dei Giureconsulti: Atravesando los arcos del Palazzo della Ragione, se encuentra la sede de la Cámara de Comercio de Milán. Te va a dejar sin palabras la belleza del palacio. Además ahí está la Torre dei Comune, uno de los símbolos de la ciudad.
Para llegar a la Piazza dei Mercanti tienes diferentes rutas, aunque la más recomendable es ir hasta ella a pie desde la Piazza Del Duomo, ya que se encuentra a unos 200 metros de la catedral. Para encontrar la pequeña plaza solo tienes que salir de la Piazza del Duomo por la Via dei Mercanti (frente a la portada de la catedral) y te encontrarás con el Palazzo dei Giureconsulti, solo gira a la izquierda y una señal te indicará que has llegado a la Piazza dei Mercanti. Aquí tienes un mapa con la ruta.
Si por el contrario te ves obligado a llegar en transporte público, hay una estación de Metro en la misma plaza de la catedral: la línea 1 roja y la línea 3 amarilla llegan hasta la parada Duomo. El tranvía también pasa cerca, tienes que coger las líneas 2, 3, 12, 14, 16 o 27. Tienes las paradas del transporte público señaladas en el mapa.