Regreso a España para mostrarte un rincón especial de Galicia. Tierra de brujas, leyendas y agua… Mucha agua. Ya sea como mar, ríos o lluvia, fue el agua, sobre todo la del Océano Atlántico y el Mar Cantábrico, la que hizo que la provincia tenga esta forma ahora.
Pero el rincón de hoy está protagonizado por el agua dulce, alimentada de ríos y lluvia. Porque ya sabemos que en Galicia llueve hasta cuando los partes meteorológicos dicen que no llueve y hasta te mojas con el orvallo que no ves caer.
Te presento la Cascada del río Xallas.

Situado en la parroquia de Ézaro, municipio de Dumbría y provincia de A Coruña, esta cascada se ha convertido en un lugar de gran atractivo turístico, aunque la verdadera fama se la lleva por ser la única de Europa en desembocar en el océano.
El río Xallas (Jallas en castellano), también conocido como Ézaro en su tramo final, no es ni excesivamente largo ni caudaloso: mide unos 60 km y tiene un caudal medio de 19 m³/s, pero su desembocadura frente a la Costa da Morte es su punto fuerte. Tiene un desnivel de 150 metros y una caída final de más de 40 metros, por lo que genera una fuerte potencia hidráulica en su caída libre.

Porque como dijo el escritor Martín Sarmiento en su obra «Viaje a Galicia«:
«El agua cae no haciendo salto o catarata, sino precipitándose y haciendo cascada y haciendo un pozo de inmensa profundidad, y peligroso y levantado uno como monte de espuma y polvoreda«.
Y es que cuando el río tenía más caudal, la bruma que generaba la caída se podía ver desde mar adentro.
Hasta el 2011, la cascada era interrumpida durante unas horas por la construcción de una presa que regulaba el caudal en beneficio de la generación de electricidad. Un estropicio medioambiental que generó quejas de los turistas por estar limitado a un horario de visitas; pero actualmente la fervenza está abierta todos los días del año y a todas horas, con mayor o menor cantidad de agua. Además, en verano, la cascada está iluminada los sábados por la noche, con un espectáculo de luces que hace las delicias de quien lo observa.

Por supuesto, no te olvides de coger el coche y subir al mirador que hay dos kilométros más arriba, donde puedes disfrutar de unas vistas espectaculares del embalse y de Ézaro; y baja al pueblo, uno de los más bonitos de la zona, para caminar por su paseo marítimo, bordeando sus playas y jardines.
La subida a la cascada y al mirador es gratuita y la caída de agua puede verse todos los días del año, sin embargo, es importante recordar el horario de iluminación. Del 21 de junio al 21 de septiembre, el agua está iluminada todos los sábados y vísperas de festivos de 23:00 a 00:00h.
Para llegar hasta la Cascada de Ézaro, lo más probable es que vengas desde Finisterre así que solo tienes que seguir la carretera de la costa en dirección sur y disfrutar de las vistas de la Costa da Morte. Para muchos turistas es la parte más bonita de Galicia así que no te pierdas la experiencia de conducir en compañía del Océano Atlántico. La distancia entre Finisterre y Ézaro es de menos de 30 km.
Una vez que estés en Ézaro, verás que diferentes carteles te señalan el camino a seguir hacia este rincón. Pero ese camino se divide en dos carreteras a la altura de la Oficina de Información Turística O Ézaro:
La de la derecha: Te llevará al mirador de la propia cascada pero tienes que dejar el coche frente al pequeño puerto del pueblo, desde allí, 300 metros te separan de la pasarela de madera.
La de la izquierda: A una distancia de casi 2 km está el Mirador de Ézaro, desde donde podrás ver una increíble panorámica. Además, este lugar fue uno de los finales de etapa en la Vuelta a España 2012.