Todos alguna vez hemos cantado la emblemática canción italiana Nel blu di pinto di blu, con mayor o menor destreza, del aún más emblemático Domenico Modugno, pero su lugar de nacimiento no es tan conocido por el público.
Al sur de Italia, en el tacón de la emblemática bota, se encuentra la pequeña localidad de Polignano a Mare, cuna del cantante y escenario de numerosas películas italianas pese a no tener más de 20.000 habitantes. Pero su fama bien la merece. Polignano a Mare tiene mucho encanto entre sus calles y algunos rincones especiales que han sido fotografiados por decenas de páginas web sobre destinos paradisíacos o casi irreales.
Como es el caso de la Grotta Palazzese.

Todo Polignano a Mare se ha construido sobre un cabo rodeado de mar durante millones de años, por lo que decenas de grutas o cuevas marinas han sido excavadas de forma natural bajo el suelo del pueblo y casi todas son visitables mediante viajes en barca. La más grande es la Grotta Palazzese, anteriormente llamada Grotta di Palazzo puesto que estaba bajo propiedad del señor feudal y durante la Edad Media fue un famoso lugar de reunión y de fiestas de la nobleza de la zona.
Sin embargo, en la actualidad este rincón natural pertenece al Hotel Grotta Palazzese, de 4 estrellas y situado justo encima, que utiliza la cueva como escenario principal de su restaurante de verano. Pero, al igual que ocurre con la Librería Lello e Irmão de Oporto, este local bien merece una visita aunque esté destinado a un público más exclusivo.

Si tu cartera es limitada, pese a que el restaurante es (muy) caro, los aperitivos son algo más económicos y suficientes para que puedas disfrutar de una experiencia que difícilmente podrás repetir en un lugar tan de ensueño. Polignano a Mare se caracteriza por una rica gastronomía en la que abunda la pasta con productos de la huerta y del mar, por lo que podrás comer gratamente en casi cualquier sitio y por menos dinero.

Pero no solo de la Grotta Palazzese vive este pueblo de Bari, que en los últimos años ha visto incrementada su economía, y su tamaño, gracias al turismo. Además del hotel-restaurente, puedes disfrutar de otros rincones especiales rodeados por las aguas cristalinas del Mar Adriático, que algunos veranos acogen la Red Bull Cliff Diving.

Si llegas desde Bari, casi lo primero que encontrarás es la Lama Monachile, una cala de piedras que anteriormente fue puerto comercial durante el dominio veneciano del siglo XV. Se accede a ella a través del puente de Polignano desde el que podrás ver, a tu derecha, los restos de la antigua Vía Trajana, nexo de unión entre Roma y Brindisi en la época romana.

Para llegar al casco histórico de Polignano a Mare tienes que cruzar el Arco Marchesale, del siglo XVI. También llamado Porta Grande, fue durante siglos la única entrada al centro. A la izquierda está la curiosa Iglesia del Purgatorio, decorada con calaveras y tibias y de estilo barroco.

Una vez que estés en el casco antiguo, piérdete por las calles y plazas del pueblo, repletas de tantos bares y restaurantes como iglesias; además, en cualquier rincón podrás encontrar miradores desde los que podrás disfrutar de las vistas de los acantilados y del azul del mar. No te pierdas el resto de calas de Polignano, todas aptas para el baño y reconocidas con la famosa bandera azul que se da a las mejores y más limpias playas de Europa.
El restaurante de verano del Hotel Grotta Palazzese abre de mayo a octubre y tiene código de vestimenta elegante, los hombres no pueden entrar con pantalones cortos y quedan prohibidos los trajes de baño y las chanclas. El resto del año, de octubre a abril, el hotel tiene abierto el Sea Lounge, un restaurante de invierno ubicado en el propio hotel pero desde cuyas ventanas se observa una panorámica sin igual. Se aconseja reservar para ambos restaurantes y los datos de contacto se encuentran en la web.
Para visitar las grutas, existen diferentes empresas que ofrecen visitas guiadas en barca o alquiler de embarcaciones. Una de las más famosas es la empresa Dorino Gite in Barca, cuyos precios para mayores de 15 años son 25€, para niños de entre 11 y 15 años son de 10 € y para menores de 11 años, gratis. Puedes contratar cualquiera de ellas en la Oficina de Turismo de Polignano, nada más entrar por el Arco Marchesale.
Para llegar a Polignano a Mare tienes diferentes opciones pero la más sencilla es llegar desde Bari, que se encuentra a 35 kilómetros de distancia. Bari tiene aeropuerto y opera con Barcelona, Valencia, Málaga o Vigo, entre otras ciudades; sin embargo, Madrid opera con Brindisi, que está a 82 km de Polignano.
Si aterrizas en Bari, puedes coger el bus directo que te lleva hasta Bari Centrale, la estación principal de trenes de la ciudad. Desde allí, la empresa estatal Trenitalia oferta viajes en tren regional (destino Brindisi) hasta Polignano a Mare con bastante regularidad y por un precio inferior a 3€ (2016) además el trayecto dura apenas media hora. Puedes consultar los horarios en la web oficial de Trenitalia y la estación de trenes de Polignano está a 650 metros del Arco Marchesale.
Si aterrizas en Brindisi, un bus directo te llevará hasta la estación de trenes de la ciudad y desde allí, trenes regionales de Trenitalia operan con Polignano a Mare (destino Bari) por un precio inferior a 6€ (2016) y un trayecto de 45 minutos. Los horarios, están en la web de Trenitalia.
La ruta desde la estación de trenes de Polignano a Mare hasta el Arco Marchesale y los principales puntos de interés del pueblo, están señalados en los mapas.